miércoles, 1 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, III

Capítulo III: Moulin Rouge

El Moulin Rouge, un torbellino de colores y movimiento que te hacía girar la cabeza de tal modo que no sabías donde estaban tus pies.
Allí se encontraba Harold Zidler y sus infamas chicas, las llamban “sus canes diamantillos”. Zidler empezó a cantar, mientras sus chicas iban bailando, meneando sus faldas y cantando lady marmalade de fondo:

Si la vida es un aburrimiento y vivir una obligación, que sólo haces porque la muerte no es mejor. ¡TENGO LA SOLUCIÓN! Aunque no debería canturrearla. ¡En el Moulin Rouge! Lo pasarás fenomal. Déjate de absurdos y menea el trasero. Sabes que puedes, porque nosotros…¡ bailamos el cán-cán!

No digas que no puedes porque sabes bailar la canción.


Y el público le respondía, también cantando:
Aquí nos tienes, ¡divirtiéndonos!


Harold continuó:
Oscuros deseos, nos encanta jugar con fuego. ¿Por qué no dejarse llevar? Vivir un poco.


Y el público ya no lo era, porque ya habían subido a bailar como locas con las chicas, ¿a bailar qué? El cán-cán, por supuesto. Y sus voces se fonían en una única voz.
Aquí nos tienes bailando el cán-cán, no decimos que no sabemos, porque podemos. Fuera estará lloviendo, pero aquí nos estamos divirtiendo.

Si quieres ser libre el Moulin Rouge es tu lugar. ¡Porque bailamos el cán-cán! ¡Sí, el cán-cán! Fuera las cosas serán trágicas, pero aquí todo es magia.

Harold terminó con la canción con tan solo levantar las manos, ya tenía el poder, los tenía a todos ensimismados en el Moulin Rouge, y ordenó:

- ¡Venga diamantillos! Haced que nadie se quiera ir.

Las chicas se colocaron en sus posiciones y se pusieron a cantar lady Marmalade, levantando un poco mas sus faldas para que todos los hombres presentes se fueran contentos.
Hey hermana, vamos hermana, hermana de alma, hermana de sabor
Hey hermana, vamos hermana, hermana de alma, vamos hermana


Él conoció a Mermelada en el viejo Moulin Rouge
Contoneando su mercancía en la calle


Ella dijo, hola, oye Joe
¿querés intentarlo? oh


Gitchi gitchi ya ya da da
Gitchi gitchi ya ya hee
Chocolate de moca ya ya
Criolla Lady Mermelada


Voulez vous coucher avec moi, ce soir

Voulez vous coucher avec moi.

Todo el mundo la conocía y empezó a cantar en el ritmo que marcaban las chicas, hasta que otra vez se juntaron público con bailarinas para bailar.
¡Nunca había visto nada igual! Nosotros nos sentamos en una de las mesas, y Toulouse me dijo:

-Misión cumplida, hemos conseguido aludir a Zidler.

Pero esa noche alguien más iba a conocer a Satine, el inversor de Zidler: El Duque.

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