jueves, 30 de septiembre de 2010

algo, poco, mucho

"Plantar un árbol. Envolver recuerdos. Caminar bajo la lluvia...
Mirar al cielo. Dormir debajo las nubes.                                   
 Andar descalzo por la hierba. Por la luna.       
           Un beso al aire. Oler la brisa del mar.
Una risa corta, o larga sin mirar al reloj. Inventar Ideas.
Mirar hacia fuera, hacia dentro.
Soñar..."



 Pequeñas decisiones que hacen GRANDE el MUNDO

sábado, 25 de septiembre de 2010

AVATAR, de nuevo



Avatar vuelve de nuevo a los cines en 3D. Después del éxito obtenido han decidido volverla ha estrenar temporalmente en la cartelera, la novedad es que incluye escenas inéditas nunca vistas antes, aunque sólo sean 8 minutos... Pero bueno, a todos aquellos que aún no la hayan visto o les haga gracia volverla a ver, ya sabéis, en ésta web podréis encontrar el cine más cercano:
http://www.avatarendicionespecial.com/
¡Aprovechad!

viernes, 24 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, VIII

Capítulo VIII: Mi duque




Entró Zidler primero:

-Querida, ¿estás visible para el duque? ¿Dónde estabas?

-Estaba…esperando, monsieur. Que placer que dedique un rato de su preciado tiempo en visitarme.

-El placer es mío- contestó el duque, entrando más seguro en la sala.

-Ya les dejo para que intimen, tortolitos- y Zidler dejó al duque solo con Satine, bueno, eso se pensaba.

Yo estaba escondido detrás de la mesa con la comida, intentando no hacerme notar, cosa difícil.

-Supongo que después del espectáculo de ésta noche necesitará un refrigerio.

Se dirigió hacia mí, ¡no! Se notaba demasiado.

-¡No, no!- intervino Satine- amm… ¿Qué le parecen las vistas?

-Encantadoras…- se dirigió hacia la mesa otra vez.

-Woow, ¡woow! Necesito bailar! - decía mientras hacia vueltas como una loca.

¿Qué decía? Bueno me permitió empezar a salir de la mesa. Vale, pensaba, no tropieces ni hagas ruido, me decía, parece fácil, pero créeme, que para una persona como yo, gafe, es difícil, muy difícil. Pero antes de que siguiera el duque se volvió hacia la mesa y tuve que esconderme, otra vez.

-¡No! - le aturó Satine-…Es algo curioso lo que siente mi ser, … no es algo que me resulte fácil de… de esconder.- improvisaba mientras yo me levantaba e intentaba salir.

Espero que no te importe, que lo diga en palabras:


Qué maravillosa es la vida ahora que estás en el mundo

- Eso es muy hermoso- dijo el duque, enamorado.

Yo ya abría la puerta cuando vi que afuera aguardaba un guardaespaldas, rápidamente entré, no podía salir. Estaba atrapado.

-¡Hagamos el amor!- dijo Satine para salvar la situación.

Tiró el duque a la cama, pero una vez yo estaba escondido rectificó:

-Deberíamos esperar en la noche del estreno ¡Debe irse!

-¡Acabo de llegar!

-Sí, sí. Pero nos veremos todos los días en los ensayos. Marchese.

Y sacó al duque de la habitación. Se dirigió hacia mí:

-¡Tienes idea de lo que habría pasado si te hubiera… - pero no pudo acabar la frase. Otra vez sintió la opresión en el pecho y se tambaleó. Cuando iba a caer la pude coger, justo a tiempo.

-¡¿Satine?! … te tumbaré a la cama- y arrastró el cuerpo de ella. Pero tropezó con en el último momento, cuando ella se estaba despertando, y cayó en la cama, encima de Satine.

Se abrió la puerta.

- Me había olvidado el sombrero- dijo el duque.

Y nos vio allí, yo sobre Satine, en la cama, juntos, cuerpo con cuerpo.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Paris

Entre la rutina me escapé a París con la família. Fue fantástico. La vie bohéme se respira en cada rincón de Montmartre, donde está el Moulin Rouge, un establecimiento pequeño (no tiene nada que ver con lo que te pintan en la peli), pero de grandes precios, muy grandes. El fin de semana se pasó volando y en un cerrar de ojos ya estabas de vuelta. Aún así he disfrutado la torre Eiffel, Notre Damm, el Sena, la compañía y de desconectar de la rutina por unos días.



El Moulin Rouge




Tengo muchas fotos más, pero creo que con estas basta.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, VII

Capítulo VII: Poesía




- Quieres hacerlo, ¿verdad?

- Bueno…yo…

- Di la verdad ¿No sientes la poesía? ¡Vamos! ¡Siéntela! ¡Sí, necesito tu poesía ahora!

- De acuerdo- me levanté rápidamente, y empecé a recitar:

Es algo curioso lo que siente mi ser,

no es algo que me resulte fácil de esconder.

No tengo mucho dinero, pero al ser así,

compraría una casa donde juntos vivir.

Y seguí cantando.

…mi don es mi canción, y ésta es para ti.

Puedes contar a todo el mundo que ésta es tu canción.

Puede parecer muy simple, pero espero que no te importe que lo diga con palabras.

Qué maravillosa es la vida ahora que estás en el mundo.

Parecía gustarle.

Me senté en el tejado y arranqué el musgo.

Algunos de estos versos me costaron mucho.

Pero el sol fue amable mientras escribía esta canción,

es para gente como tú que le da sentido.


Se acerco a mi y me cogio la mano.
Perdona que a veces olvide, pero me suele pasar

¿Ves? He olvidado si son verdes o azules.

Pero bueno, solo quiero decir que son los ojos más dulces que he visto jamás.

Puedes decirlo a todo el mundo, ésta es tu canción.

Puede parecer muy simple, pero ahora que está acabada,

Espero que no te importe, que lo diga con palabras.

Qué maravillosa es la vida ahora que estás en el mundo.

Con un susurro me dijo:

- Te amo, ¡Aun no puedo creerlo! Estoy enamorada de un duque, joven, guapo y con talento.

- ¿Duque?

- No es que el título sea importante.

- No soy duque.

- ¿No eres duque?

- Soy escritor.

- ¡¿Escritor?!

- Sí. Toulouse…

- ¡Toulouse! ¿No serás uno de esos creadores,pero trágicamente indigentes protegidos de Toulouse?

- Se podría decir así…

- ¡Oh, no! ¡Le voy a matar! Pero, ¿qué hay del duque?

En ese momento sonó el timbre, era él,el duque.


viernes, 17 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, VI

Capítulo VI: Baja la luz




Satine se miraba al espejo, estaba estupenda con ése vestido rojo pasión, estupenda. Hacía poco que se había despertado y aún estaba un poco aturdida, por eso Marie-Laure le ayudaba con los retoques finales.

- Ese duque ha picado el anzuelo, con un mezenas así podría llegar a ser una gran estrella.

- ¿Tú crees, Marie, que podría llegar a serlo?

- Tienes talento y enganchas a la gente, ¿qué te falta? Nada.

- Ser una gran actriz… y volar lejos de aquí, muy lejos.

- ¡Ratita! ¿Todo va bien?- dijo Zidler que acababa de entrar por la puerta.

- ¡Oh, sí Zidler! Un solo desmayo.

- Gracias a Dios, sin duda has desplegado tu magia delante del Duque.

- Claro, ¿Qué tal estoy? ¿Seductora?- dijo posando, pícara.

- ¡Oh, fresita mía! ¿Cómo podría resistirse el duque a devorarte? ¡Todo está saliendo a la perfección!



Y yo estaba allí, en el camerino de Satine: un grande elefante verde decorado con reliquias turcas, precioso. Mientras ella se cambiaba para ponerse algo “más adecuado” sonaba de fondo:

Nos vemos en el salón rojo, cierra la puerta y baja la luz…

- Es un lugar excelente para un recital de poesía, ¿no?- apareció con tan solo tapada por una fina chaqueta que insinuaba las formas de su corsé negro que realzaba su figura.- ¿Es poético tanbien para usted?

- S-ss-sí.

Mientras yo me convencía de que no estaba en un sueño, Toulouse y los otros subía sigilosamente por el elefante, para ver como iba la cosa.

- ¿Desea cenar algo? Quizá un poco de… ¿champagne?

- La verdad es que querría acabar cuanto antes.

- ¡Oh! Muy bien…-se estiró en la cama- pues porqué no viene aquí y acabamos cuanto antes.-dijo mientras se quitaba la chaqueta.

- Yo… prefiero hacerlo de pie- ¿porqué quería hacer el recital de la poesía en la cama? ¿Se me estaba insinuando? Imposible.

- ¡Oh!-dijo incorporándose.

- No hace falta que se levante, es que a veces es… algo largo y quiero que usted está cómoda. Lo que hago es un poco moderno, pero creo que si está receptiva disfrutará.

- No lo pongo en duda- dijo algo sorprendida.

- El…el cielo…- no me podía concentrar con ella haciendo poses en la cama, juguetona, ¡¿qué hacía?!- …y el alba… ¡Vamos! Creo…

- ¿Va todo bien?

- Estoy un poco nervioso y... y a veces tarda un poco en venir la inspiración.

- Claro, claro, claro. Deja que mamá te ayude- me cogió y me tiró a la cama- ¿esto te inspira?

- ¡Hagamos el amor!

- ¿Hacer el amor?

No me lo podía creer.

PD: me voy este finde a París, ¡ya traeré fotos! ;)

martes, 14 de septiembre de 2010

Again...

Olvido las lecciones, ideas escondidas, numerales infinitos, notas escurridizas, hasta la rutina olvido.

¿Por qué el olvido no es duradero? ¿Por qué siempre se esfuma? Rápido, demasiado. En seguida nos vemos otra vez en la rutina, rodeados…
…de despertadores;

el silencio deja paso al ruido,

que envuelve los pasillos;

mesas ilustradas;

corazones de tinta;

lecciones aburridas;

¿Qué rey murió en ésa batalla?

¿Dónde se sitúa Nelspruit?

¿Qué autor escribió “el lazarillo de Tormes”?

¡Siéntate bien niño!



Amigos y anécdotas divertidas;

bocata con risas;

y chistes marchitos.

Todo eso olvidado vuelve a aparecer, cosas buenas, cosas malas, todo.

Porque al final te acostumbras a la rutina, y lo que se olvida es el olvido.

Olvido, olvido.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, V

Capítulo V: Confusión




¡Bailemos!

Al son del ritmo de la noche, baila hasta al amanecer. Olvida tus preocupaciones, puedes dejarlas todas atrás.

Satine me guiaba en medio de la pista de baile mientras bailaba la canción.

- Es magnífico que se haya interesado en nuestro espectáculo- me dijo.

¿Me hablaba de Espectacular, Espectacular? ¡Bien! ¡Ya lo consideraba suyo!

- Claro, si le gusta lo que hago. Toulouse ha pensado que podríamos hacerlo en privado.

- ¿A si?-me dijo juguetona. Ella se pensaba que yo era el duque y que quería acostarme con ella esa noche para financiar su obra, no se pensaba quien era en realidad y mis propósitos verdaderos.

- Sí, ¿Como diría? ... Un recital poético privado.

- ¡Oh! Mmm… de modo que un recital… me encantaría un poco de “poesía” después de cenar.- y me guiñó el ojo y se fue hacía su trapecio, dejándome ahí perplejo, y continuó su canción mientras el trapecio subía:

Diamantes ¡Diamantes! Talladas en ángulo o bisel, esas piedras nunca pierden su forma. Diamantes, de la mujer el mejor…

Satine no podía respirar, algo le pasaba, notaba un dolor insoportable mientras el público esperaba que acabara la canción. Se desmayó.

Y cayó, cayó desde las alturas. Caía rápidamente, demasiado. Estaba llegando el suelo, caía en picado. Pero un bailarín la cogió a tiempo, salvó el desastre.

Todo el mundo se quedó cayado, completamente. Y el bailarín se llevó a Satine a los camerinos. ¿Qué le había pasado? Se preguntaban todos.

Pero Zidler no dejó tiempo a buscar respuestas.

- ¡La habéis asustado!-decía mientras aplaudía contento.-Pero desde aquí veo a muchas otras bailarinas que buscan a uno o dos para bailar, así que si os gusta el cán-cán ¡Lanzaos a bailar con ellas!

La orquestra volvió a tocar y el público bailó otra vez olvidándose de Satine, y con ella, a los problemas.
Mientras, en los camerinos, Satine empezó a despertarse, aún sentía la presión en el pecho.

- Estos ridículos vestidos.

- Ha sido un simple desmayo.- le aseguró su protectora, Marie-Laure.

A Satine le cogió tos y Marie-Laure le acercó un pañuelo y lo sujetó. Y al retirárselo mientras Satine se dormía, vio que algo había en él. Sangre.

martes, 7 de septiembre de 2010

Tokio blues




Tokio blues o Norwegian wood (como insiste Murakami en que se titule así su novela), ya tiene película. Hace poco me lo leí y me encantó, es fantástico.


Se ve que la película es un poco fría y que se preocupa mucho (casi demasiado) de seguir la historia fiel al libro, y no tiene la magia del libro, según dicen.

El director es Tran Anh Hung y se ha rodado en Japón, obvio. El diciembre de 2010 se estrenará por fin en cines. Rinko Kikuchi interpretará a Naoko, fue nominada al Oscar por su papel en Babel y actriz de Mapa de los Sonidos de Tokio.

¡Ya tengo ganas de verla!



PD: Espero que os guste mi dibujo : )

sábado, 4 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, IV

Capítulo IV: Satine




De repente toda la iluminación se volvió azul, y del techo empezó a caer unas cintas plateadas; todo el mundo dejó de bailar y se centró en el punto de donde habían salido. Toulouse me explicó:

-Es ella, el diamante reluciente.

Y apareció una dama en un trapecio, con un sombrero negro y un vestido que parecía hecho de diamantes, que relucían en la penumbra.
Satine.
Tenía ojos azules y los labios rojos, muy intensos, como su larga cabellera. Y empezó a cantar:

The French are make to die for love.

Se deleitan con sus duelos, pero yo prefiero un hombre que viva bien y regale lujosas joyas.

Y empezó a bajar en círculos hacia el suelo, la gente levantaba las manos a ver si podía tocarla. Ella bajó del trapecio y siguió cantando entre el publico:

Un beso en la mano es mas bien continental pero un diamante es el mejor amigo de la mujer.
Un beso es algo grande pero no te paga el alquiler de tu humilde piso ni da de comer a tu gatito.
Y mientras bailaba entre la multitud los hombres le daban billetes y, los más ricos, diamantes. Ella los cojía todos sin dejar de cantar:

Los hombres se vuelven fríos y las mujeres viejas, todos perdemos
el encanto al final.
Talladas en ángulo o en bisel esas piedras nunca pierden su forma.
Un diamante es el mejor amigo de la mujer.

Zidler se sentó con el duque y le contó:

- He preparado un encuentro especial entre mademoiselle Satine y tu, totalmente solos.

Mientras a mi Toulouse me decía:

- ¡Christian! Está todo arreglado para que tú y Satine os encontréis, completamente solos.

¿Solos? No me lo podía creer.

Porque vivimos en un mundo materialista y yo soy una chica materialista.
¡Un diamante es el mejor amigo de la mujer!

-Venid a por mí, chicos.
Todos formaron y todos la siguieron como perros, mientras ella no paraba de bailar. Mientras se dirigía hacia el escenario, donde le esperaba Zidler.

-¡Háblame Harold Zidler! ¡Dime algo!

Puede llegar el momento en que necesite un abogado.
Pero un diamante es el mejor diamante de la mujer.

Y el patoso de Toulouse se levantó justo en el momento en que pasaba el camarero, y éste tiró el champagne en todo el traje del Duque, que se sentaba al lado.

- ¿Está el Duque, Harold?-preguntó Satine mientras bailaban.

- ¿Crees que yo te iba a fallas? ¡¡OOOOHH!!

- ¿Dónde está? ¿Qué pasa?

- Es el que Toulouse limpia con un pañuelo.

Pero cuando ella miró Toulouse me estaba cogiendo el pañuelo de mi americana, y Satine pensó que era yo.

- ¿Estás seguro?

- Déjame ver- y en aquel momento Toulouse ya estaba limpiando al duque- Sí, ese es.

- ¿Nos financiará?

- Pasando la noche contigo, ¿cómo negar hacerlo?

- ¿Cuál es su tipo? ¿La flor mustia, la burbujeante, o la ardiente tentadora?

- Yo diría que la ardiente tentadora. Dependemos de ti, monada. Recuerda que en un auténtico teatro con un público auténtico tu serás…

- …Una auténtica actriz.

Es entonces cuando esos despreciables vuelven con sus esposas.
Un diamante es el mejor amigo.

Y llegó donde yo estaba y me susurró:

- He oído que está usted esperándome.

- S-sí, sí.

- Me temo que la dama elige.


Me cogió de la mano y me sacó a bailar.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Moulin Rouge, III

Capítulo III: Moulin Rouge

El Moulin Rouge, un torbellino de colores y movimiento que te hacía girar la cabeza de tal modo que no sabías donde estaban tus pies.
Allí se encontraba Harold Zidler y sus infamas chicas, las llamban “sus canes diamantillos”. Zidler empezó a cantar, mientras sus chicas iban bailando, meneando sus faldas y cantando lady marmalade de fondo:

Si la vida es un aburrimiento y vivir una obligación, que sólo haces porque la muerte no es mejor. ¡TENGO LA SOLUCIÓN! Aunque no debería canturrearla. ¡En el Moulin Rouge! Lo pasarás fenomal. Déjate de absurdos y menea el trasero. Sabes que puedes, porque nosotros…¡ bailamos el cán-cán!

No digas que no puedes porque sabes bailar la canción.


Y el público le respondía, también cantando:
Aquí nos tienes, ¡divirtiéndonos!


Harold continuó:
Oscuros deseos, nos encanta jugar con fuego. ¿Por qué no dejarse llevar? Vivir un poco.


Y el público ya no lo era, porque ya habían subido a bailar como locas con las chicas, ¿a bailar qué? El cán-cán, por supuesto. Y sus voces se fonían en una única voz.
Aquí nos tienes bailando el cán-cán, no decimos que no sabemos, porque podemos. Fuera estará lloviendo, pero aquí nos estamos divirtiendo.

Si quieres ser libre el Moulin Rouge es tu lugar. ¡Porque bailamos el cán-cán! ¡Sí, el cán-cán! Fuera las cosas serán trágicas, pero aquí todo es magia.

Harold terminó con la canción con tan solo levantar las manos, ya tenía el poder, los tenía a todos ensimismados en el Moulin Rouge, y ordenó:

- ¡Venga diamantillos! Haced que nadie se quiera ir.

Las chicas se colocaron en sus posiciones y se pusieron a cantar lady Marmalade, levantando un poco mas sus faldas para que todos los hombres presentes se fueran contentos.
Hey hermana, vamos hermana, hermana de alma, hermana de sabor
Hey hermana, vamos hermana, hermana de alma, vamos hermana


Él conoció a Mermelada en el viejo Moulin Rouge
Contoneando su mercancía en la calle


Ella dijo, hola, oye Joe
¿querés intentarlo? oh


Gitchi gitchi ya ya da da
Gitchi gitchi ya ya hee
Chocolate de moca ya ya
Criolla Lady Mermelada


Voulez vous coucher avec moi, ce soir

Voulez vous coucher avec moi.

Todo el mundo la conocía y empezó a cantar en el ritmo que marcaban las chicas, hasta que otra vez se juntaron público con bailarinas para bailar.
¡Nunca había visto nada igual! Nosotros nos sentamos en una de las mesas, y Toulouse me dijo:

-Misión cumplida, hemos conseguido aludir a Zidler.

Pero esa noche alguien más iba a conocer a Satine, el inversor de Zidler: El Duque.