mirando las estrellas

“Ansío las estrellas,                                       

mas abocada estoy a la pecera”

                                     La elegancia del erizo

Nos habla de las ilusiones que se hace uno a la vida y de cómo ve que no los cumple y que el reloj maldito de la vida llega a su fin. También nos dice que todos creemos que la vida se entiende de adulto, y que una vez llegamos a serlo nos damos cuenta de la mentida universal que se nos ha contado. Pero es demasiado tarde. Y nos engañamos contado esa mentira a nuestros hijos, como una venganza ¿Qué depresivo, no?

Pues yo no me quedaré en la pecera, saldré al mar y allí sacaré mis más alas, construidas por ilusiones y sueños bonitos. Y aunque intenten hacerme caer, no lo permitiré. No volaré hasta las estrellas, si no mucho más. Pasaré la luna y los planetas, y llegaré al Sol, donde encontraré la felicidad soñada que tanto esfuerzo me ha costado. Y allí viviré entre las estrellas ansiadas y conseguidas, y no entre peces de la pecera podrida.

Y sé que vosotros vais a volar conmigo, en el camino de la búsqueda de nuestro destino, no nos pararan jamás. Llegaremos hasta el infinito y más allá.